LA RENUNCIA DE UNA MADRE
Una madre que vivía para Dios y para su hijo...
Ayer leí una leyenda de una madre a quien la muerte le arrebato a su hijo. Esta madre persiguió a la muerte hasta encontrarla, para demandarle que le devolviera a su hijo, la muerte le mostró lo que sucedería si su hijo continuaba con vida, y la madre al ver que la vida de su hijito iba a ser desdichada, renuncio a el y se lo entrego a Dios.
Eso me hizo recordar el testimonio de una sierva de Dios que escuche hace ya muchos años. Una mujer de Dios, Pastora, que vive para hacer la voluntad de Dios, y día y noche oraba por la salvación de su hijo descarriado. Aunque no tengo el privilegio de conocerla personalmente, escuche su testimonio que me conmovió mucho. Ella es una mujer fielmente dedicada a la obra de Dios, un instrumento de bendición. Dios la usa poderosamente en sanidades, y también Dios le ha dado el privilegio de devolverle la vida a personas ya muertas.
Un día mientras ella limpiaba su casa, y a la misma vez oraba por su hijo, recibió una llamada de emergencia , la persona le dijo; corre, ahora mismo tu hijo tuvo un accidente, y esta tirado en el suelo casi muerto. Ella dejando todo lo que estaba haciendo corrió hacia el lugar en donde se encontraba su hijo, por el camino lloraba, y clamaba a Dios, y le decía; Dios mio, Dios mio, yo soy tu sierva, te he sido fiel, te he servido toda la vida, mis manos han sido instrumento de tus milagros, y con ellas tu haz sanado enfermos, y haz levantado a muchos muertos. Hoy yo quiero que tu me uses para devolverle la vida a mi hijo. Cuando llego al lugar en donde estaba su hijo, ya era tarde, su hijo había muerto, y ella se echo sobre el a llorar, y levantando las manos al cielo, clamo a Dios, y le dijo Señor, yo soy tu sierva, y en este momento quiero ser el instrumento que tu uses para darle vida a mi hijo, levantalo Dios mio. Inmediatamente oyó una voz, que le dijo; ¿Tu quieres que tu hijo viva? Yo te lo puedo levantar. Pero primero mira hacia arriba, y yo te mostrare lo que sera la vida de tu hijo, si Yo lo levanto. Ella miro, y vio a su hijo vivo, pero perdido; Dios le dijo; Esta sera la vida de tu hijo, una vida de pecado, te hará sufrir, lloraras mucho por el, y se perderá. Ya el esta conmigo, pues yo me lo lleve, pero lo salve. ahora es tu decisión. La madre cuando vio aquel pasaje de la vida de su hijo, lloro amargamente, abrazo a su hijo muerto, y levantando las manos al cielo, y le respondió a Dios, Señor yo soy tu sierva, hagace tu voluntad, en tus manos entrego a mi hijo, llevátelo, es tuyo.
Dios salvara a nuestros hijos aunque lamentablemente, sea en circunstancias duras y adversas. Solo tenemos que confiar en El, y pedirle que si algún día nos toca vivir una situación como la que vivió esta sierva de Dios, que El nos de las fuerzas y todo lo que necesitemos en ese momento para aceptar su voluntad. Somos madres y amamos a nuestros hijos, y nuestro mayor deseo es verlos libres, y salvos, de la vida de pecado. Gracias a Dios yo no he pasado por el dolor de perder a un hijo, pero se que es un dolor que solo Dios es capaz de sanarlo, y un hijo nunca se olvida. No es fácil resignarse, pero le tenemos que pedir a Dios, que en un momento así nos de las paz y el consuelo que necesitamos, que nos de sabiduría y conocimiento, para entender su voluntad y aceptarla. Amado Padre celestial, en el nombre de Tu Hijo Jesús yo vengo delante de tu presencia, para pedirte que tu des paz y consuelo a todas esas madres que han perdido a sus hijos. Te pido por aquellas que sus hijos están desahuciados debido a diversas enfermedades. Padre sabemos que Tu tienes el poder para sanarlos y levantarlos hasta de la misma muerte, pero también sabemos que Tu eres omnisciente que conoces los corazones de todos los seres humanos, y sabes hasta sus mas intimos pensamientos. Por eso te pedimos que Tu les impartas consuelo, pero sobre todo sabiduría y conocimiento para que ellas aun en medio de su dolor puedan entender tu voluntad, y aceptarla. Nuestros hijos están en tus manos y en este momento yo me uno al clamor de toda madre y declaro la sangre de Jesucristo sobre cada una de sus vidas. Te pido que los guardes de todo peligro o enfermedad que pueda amenazar sus vidas, pero sobre todo te pido por la salvación de cada uno de ellos, aun también por aquellos que nadie los presenta delante de Ti. Gracias, Padre mio por estar atento a nuestra oración, a Ti te damos la gloria y la honra en el bendito nombre de Tu Hijo Jesús, Amen, amen.
Nuestros hijos están en las manos de Dios, oremos por ellos